
Fuente: New York Times. La energía generada por Kariba —una de las presas hidroeléctricas más grandes del mundo, en uno de los lagos artificiales más grandes del mundo— contribuyó a la estabilidad política de Zambia y ayudó a que su economía creciera rápidamente. Sin embargo, una severa sequía empeorada por el cambio climático ha bajado el nivel del agua a un récord mínimo, por lo que Kariba genera tan poca energía que los apagones han paralizado a los ya de por sí dañados negocios del país. Después de una década de ser el estandarte de la vanguardia del crecimiento africano, Zambia, ahora en caída rápida y preocupante, lucha para pagarle a sus funcionarios y ha pedido ayuda al Fondo Monetario Internacional. Leer más

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