….. al acercarnos a esta vivienda en el portal de la misma nos recibió la mirada extraviada de un niño de menos de un año, estaba este niño sin pantalón, solo con un pobre abrigo y con una papa en la mano, expuesto al violento aire de la puna.
Al verlo sentimos todos un nudo en la garganta y pensar en qué estábamos haciendo para que esta situación de vida no se de, en que si el proyecto en ejecución era lo suficientemente efectivo para superar las condiciones de vida de esta población. Más aún cuando se nos acercó la mamá del niño y nos ofreció un plato de papas. Compartir algo cuando se tiene, es relativamente fácil, pero compartir cuando no se tiene absolutamente nada, eso es de verdad amor, cariño al prójimo, demostrar de alguna manera que somos bienvenidos. Lógicamente dejamos todos los víveres que habíamos llevado y sentíamos que nada era suficiente para recompensar la amabilidad de esta persona y las condiciones de vida en las cuales se desarrollaban. Leer más