Es viernes, son las 05:00 en La Paz y la temperatura ambiente no llega a los tres grados centígrados. Antes de que salga el sol, Marco se asea con una jarra y un balde con agua que calienta gracias a un dispositivo eléctrico portátil. No tendrá tiempo de afeitarse porque debe llegar temprano a la casa de su madre y ayudarla a cargar las pesadas cubetas llenas del elemento más preciado desde hace más de un mes en La Paz: el agua. Gran parte de esta ciudad lleva más de un mes (sobre)viviendo bajo un dramático racionamiento de agua potable y el caso de Marco y su madre se repite en decenas de miles de familias. Leer más