Autor: Mg.Sc. Ronald Ancajima Ojeda (02/junio/2022)
El domingo 05 de junio celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente, sin embargo seguimos interviniendo en los territorios sin respetarlos, sin aprender de la forma y consideración que tuvieron nuestros abuelos hace más de 500 años.
Recordar también que el primer día del 2016 entró en vigencia de manera oficial la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la que durante los próximos años marcará la pauta para construir un mundo más justo, equitativo, eficiente y en equilibrio para toda la población, además de velar por el medio ambiente.
La Agenda, aprobada por los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas – ONU, en septiembre del 2015, está compuesta por 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El objetivo 6, Agua Limpia y Saneamiento, es el objetivo integrador o base para cumplir los otros 16 objetivos, el agua como elemento transversal de integración y desarrollo, son los mensajes que siempre escuchamos y repetimos.
Ordenamos los objetivos y planteamos el siguiente gráfico:
El agua como base del Desarrollo Sostenible es el mensaje, es necesario reconocer esta gran importancia; desde el poblador rural en el campo hasta el usuario final en la ciudad, desde la pequeña y gran empresa hasta la mediana y gran industria que necesitan de este vital elemento en el desarrollo de sus actividades económicas.
Del 2011 al 2013, en la Cuenca Chancay – Huaral, participamos en la conformación del Consejo de Recursos Hídricos de Cuenca y en el proceso de elaboración del Plan de Gestión de Recursos Hídricos, el mismo que define las acciones a realizar para el uso adecuado y sostenible de los recursos hídricos en la cuenca.
Identificamos que uno de los principales problemas que presenta la cuenca es la mala calidad del agua, cuyo resultado obedece a las actividades doméstica (población) y agrícola que se desarrollan en el lugar. Aquí no existe actividad minera informal o abusiva que contamine los cursos de agua. Todos los municipios, vierten sus aguas servidas a los cursos de agua, eso incluye a la ciudad misma de Huaral, convirtiendo a Chancay en el gran sumidero de las aguas negras de la cuenca. Solo como referencia señalamos que esta última ciudad se encuentra en la parte baja del valle, a orillas del mar.
En las charlas que realizamos compartimos el enfoque de la Cultura del Agua y el papel que desempeña el bien común dentro de ella. Incidimos en la toma de conciencia que nuestro beneficio no puede ser perjuicio de otro, logrando con ello disminuir los conflictos por el agua y se hará un uso eficiente, equitativo, solidario y justo de este vital recurso.
Pero que lejos de este concepto, evidenciamos, esos años, en la localidad de Aucallama, a escasos 15 minutos de la ciudad de Huaral, donde el abuso de una empresa que se dedica a la crianza de cerdos, vierte sus aguas hediondas de un conjunto de chancherías, de manera directa a un canal de riego, agua que es usada posteriormente para regar cultivos de tallo corto (fresa y lechugas, que son alimentos que se comen de manera directa). El olor nauseabundo se percibe desde la carretera, aproximadamente a 500 m. de donde está la granja; imaginemos lo que tiene que soportar un pequeño centro poblado que está a unos cuantos metros de distancia.
Estamos seguros que esta actividad continúa, esperamos equivocarnos; aunque esta situación se repite en diferentes lugares de nuestro país.

Por desgracia estos conceptos de bien común, también es lejano para sociedades que creemos más desarrolladas, y nos lo hace ver Mark Devries, un director de cine, que decidió poner una cámara a su dron que sobrevoló sobre una granja de cerdos operada por Murphy-Brown, una subdivisión de las granjas Smithfield en Virginia Estados Unidos, el mayor productor de carne de cerdo en el mundo y apreciamos sin lugar a duda una GRAN INJUSTICIA AMBIENTAL por decir lo menos.
Vemos en la grabación que una vez que el dron pasó la barrera de árboles, sobrevoló un lago. Pero su color evidenciaba la contaminación en él: era un pozo del tamaño de cuatro canchas de fútbol lleno de orina y excremento de los cerdos. Más allá del lago, estaban la granja con edificios que albergan a miles de cerdos, muchas veces tan sobre poblados que las hembras no pueden ni voltearse. Pero cuando Devries continuó con su investigación descubrió algo aún peor.
En algún momento cuando ese “lago” se llena demasiado, tiene que ser vaciado ¿Cómo lo hacen? Es para no creerlo, pulverizan el agua, con un aspersor tipo cañón, son aspersores gigantes de gran alcance, no importando el daño que hace a los campos vecinos, ni el respeto a la vida de las personas que viven en los alrededores.
Nos preguntamos ¿Qué estará pasando en este lugar? ¿Cómo han sancionado o modificado este estado de cosas?. No lo sabemos, pero es probable que la situación continúe, esperamos también equivocarnos.
Estamos seguros que situaciones similares se viven en otros estados de ese país y como también de manera general está sucediendo en buena parte del mundo.
Nuestro planteamiento
En los discursos sobre el agua aparece siempre el mensaje «trabajar por una cultura del agua», o «una nueva cultura del agua». Pero, ¿Qué entendemos por Cultura del Agua?.
Nueva Cultura del Agua, es un concepto que aparece en España, como una respuesta a la construcción de grandes represamientos y nace con un mensaje político, en condiciones diferentes a las nuestras.
Nosotros pensamos que no es nueva cultura, porque somos herederos de una gran cultura, que corre por nuestra sangre y está escrita en nuestros genes. Pensamos que la base de esta cultura es el reconocimiento de la sabiduría ancestral en el manejo del agua.
Desarrollar una cultura del agua creemos que va más allá del hecho de cerrar el caño o dejar de lavar el carro con agua potable. Creemos que forma parte del reconocimiento de nuestra sabiduría ancestral, el uso eficiente, el pensar en el bien común, entender que el agua lo usan también los ecosistemas y el contenido de belleza y armonía existente en el agua; siempre pensando como fin supremo el bienestar de las personas y las generaciones futuras.
No decimos una nueva cultura del agua, porque somos herederos de una gran cultura que corre por nuestras venas y está impregnada en nuestros genes; sino como entender nuestro emprendimiento que vence cualquier obstáculo, como fue el convivir con las fuerzas de la naturaleza y domesticar los andes, muestra de ello, el millón de hectáreas de andenes a lo largo de nuestro territorio, las más de 120,000 ha. de waru waru construido a fuerza de chaquitaqlla, los cientos o quizás miles de presas altoandinas de origen preinca, los miles de kilómetros de canales y caminos que llevaron el desarrollo a cada uno de los pueblos, ciudadelas como Machu Picchu que han soportado las más duras condiciones climáticas y tantas muestras de fortaleza que ahora nos maravillan.
Por eso desde GSAGUA pensamos que debemos trabajar mucho más en aspectos de recuperar nuestra cultura y cuidado del agua basada en el respeto por el bien común y en el reconocimiento de la sabiduría ancestral de los pueblos.
Modificamos el triángulo y sus 17 objetivos, planteamos que el sustento del desarrollo es: la cultura de sus pueblos y el bien común, en referencia a este enfoque planteamos el siguiente esquema:
Debemos tomar conciencia de esta situación y de la necesidad de trabajar en el enfoque de la cultura del agua y el papel que desempeña, dentro de este el bien común, que concatene el cambio de actitud de los empresarios y la población y comprender que nuestro beneficio no puede ser perjuicio de nadie, el Bien Común como filosofía dentro de la construcción de la Gestión Integrada de los Recurso Hídricos en nuestro país.
Pingback: La Cultura y el bien común como base del desarrollo sostenible | Gestión Sostenible del Agua
3 junio, 2022 en 10:22 AM
De que calidad de efluentes de la actividad de saneamiento poblacional se habla si no existen PTAR o estan inoperativas?
Me gustaMe gusta
3 junio, 2022 en 10:53 AM
Juan Polo, es cierto lo que dices, por eso llamamos a la acción a los alcaldes y gobernadores regionales a trabajar aspectos de saneamiento. Pero el artículo va a la necesidad de incorporar el bien común y la cultura como base del desarrollo.
Gracias por su visita y comentario.
Me gustaMe gusta