Autor: Ronald Ancajima Ojeda
Este 22 de marzo el mundo celebra la 28vo versión de este importante día. En el mundo se celebra mediante conferencias, foros, pasacalles, bicicleteadas y un sinnúmero de formas que muchas veces, pensamos, no surten ningún efecto.
En esta ocasión, la celebración será muy diferente. Países enteros se encuentran arrinconados por lo que representa esta enfermedad que la OMS ha calificado en “pandemia”.
La enfermedad desenmascara la estupidez humana que se manifiesta en acaparamiento de productos que simplemente no tendrían por qué faltar, y desaparecer de los anaqueles de los mercados.
Estupidez humana, comportamiento grosero con la Naturaleza, que ha permitido, de forma complaciente, que el hombre devore todo lo que se mueve, convirtiéndonos en los virus, microbios, parásitos de la vida terrestre.

Nuestro planeta está enfermo. Nos consumimos en medio año la producción de todo el año. Algunas sociedades comen todo lo que se mueve. Hemos dado la espalda a la naturaleza
La Naturaleza está harta de nosotros, de nuestra acelerada forma de vida. Necesitaba un respiro, necesitaba una tregua y el coronavirus se lo da. Ahora vemos el regreso de cisnes, delfines y fauna en uno de los lugares más turísticos del mundo: Venecia.
Conversaba hace unos días con unos amigos que opinaban de la necesidad de reinventarse día a día, tal como nos “receta” vídeos motivacionales. Por supuesto la respuesta unánime fue si, que debemos reinventarnos para ser competitivos. Mi pensamiento fue otro. Pensaba que debemos hacer un alto a esta vorágine competitiva y que debemos mirar de nuevo la naturaleza, interpretar sus mensajes. Que lejos de evolucionar hemos involucionado. Ahora somos los nuevos recolectores, hombres de la prehistoria. Ahora vamos a los supermercados y recolectamos verduras, granos, frutas y todo lo que necesitamos para alimentarnos, en una sofisticación de nuestra involución, hasta pedimos comida preparada
Ahora esperamos que las medidas que da el Presidente Vizcarra surja efecto en por lo menos detener la curva exponencial de aparición de esta enfermedad en nuestro país. Alcaldes, Gobernadores Regionales muy solícitos ellos, cierran sus distritos, sacan ordenanzas en apoyo a lo que dicta el gobierno, cuando son ellos quienes tienen la solución en sus manos. Vemos como los sistemas de salud colapsan y los servicios de acceso al agua y al saneamiento no tienen ninguna prioridad y menos el cuidado de sus fuentes, tal como lo demuestra su nula predisposición de controlar la calidad de aguas servidas que producen y las vierten sin ningún control a las quebradas contaminando la vida de todo lo que hay aguas abajo.
Vivimos en su real dimensión que contar con acceso al agua se convierte en un asunto de seguridad nacional para los países, ya que puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte de una persona. Nos preguntamos ¿Qué se ha estado haciendo para expandir y consolidar el derecho humano al agua para todos? El COVID-19 nos recuerda la necesidad de re-valorar el medio ambiente y los recursos hídricos.
Cómo podemos pedirle a un poblador de una comunidad alejada de la zona urbana que se tiene que lavar con agua y jabón de forma permanente, con el fin de evitar un contagio de esta terrible pandemia sino tiene garantizado su acceso a un agua segura.
Cuantos años perdidos, décadas de olvido, de compras amañadas, de diezmos ocultos que se evidencian cuando miramos poblaciones sin acceso al agua y servicios básicos de calidad, con la mirada complaciente de quienes deben por lo menos decir algo.
Por ahora amigos compartir esta nota y esperar que hagamos una cadena de opinión para que esta voz llegue hasta los oídos de quienes nos gobiernan.

Respetar la naturaleza, volver a interpretar sus mensajes, aprender de nuestros ancestros y el respeto que tuvieron por el suelo y el agua
Pingback: El Día Mundial del Agua 2020 en tiempo de coronavirus | Gestión Sostenible del Agua
19 marzo, 2020 en 8:43 AM
Excelente, continúen en esta acción por el agua.
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