Sistema Alimentario Nacional de Emergencia – Propuesta

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Propuesta de acción ante el Coronavirus: Mg.Sc. Ronald Ancajima Ojeda (Abril 2020)

Justificación

Nos enfrentaremos a una crisis global y seguro con grandes problemas post COVID 19. Hacemos este planteamiento en un momento de inseguridad, de incertidumbre. Esta pandemia nos ha demostrado lo vulnerable que somos y:

  • Que el mundo no está preparado para para una enfermedad global como la que vivimos.
  • Que en este examen para la humanidad salimos jalados.
  • Que debemos mejorar sobre todo nuestro sistema sanitario (médicos, enfermeras e instalaciones médicas).
  • Que debemos trabajar por una seguridad y autonomía alimentaria.
  • Que los alimentos cotidianos, que llamamos pan llevar, son la base de nuestra subsistencia.
  • Que nuestros héroes olvidados, aparte de los médicos, policías, ejercito, personal limpieza, vendedor de productos comestibles y cajeros de mercados de abastos, son LOS PEQUEÑOS AGRICULTORES.
  • Entre otras enseñanzas…

Pensamos también que uno de los motivos por el cual las personas siguen saliendo es la necesidad de abastecerse de alimentos y más las poblaciones con menos recursos.

La experiencia de vida en los años que trabajamos para el Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA), bajo el liderazgo del Ing. Rodolfo Muñante (1993 – 1997), nos lleva a plantear algunas alternativas de cómo enfrentar y apoyar de alguna manera estos momentos de crisis nacional.

Un poco de historia (1993-1997)

Al inicio del año 1990 el país atravesó una crisis económica que hizo que se multiplicaran los comedores populares en el país y de manera particular en Lima Metropolitana. Para el año 1993 existían un aproximado de 5,000 comedores populares en Lima Metropolitana agrupados principalmente en Autogestionarios y Clubes de Madre.

El Programa Nacional del Asistencia Alimentaria (PRONAA) tenía por función atender los comedores populares.

Recuerdo el año 1993, cuando el Ing. Rodolfo Muñante Sangineti convoca a un número de profesionales jóvenes para que lo apoyemos en la gestión del PRONAA, una institución caótica, desordenada, sin sistemas de control con ineficiencias. Por esos años asistimos con el Ing. Muñante a una distribución de alimentos en Puente Piedra: distribución en un parque, convocatoria con megáfonos, camiones, camionetas y motos impedían el tránsito, colas interminables donde se “colaban” de todo, no sabíamos si se entregaba de verdad a madres de los comedores, si sobraban alimentos estos no regresaban a los almacenes del PRONAA, en una sola frase esto se llamaba CAOS.

Un escenario similar al momento covid19 que vivimos, las fotos que se muestran son las formas como se están atendiendo la distribución de alimentos en la actualidad, donde el remedio es peor que la enfermedad. Sin estrategias, sin conocimiento de como hacerlo.

Soluciones

Teníamos el problema y contábamos con las herramientas científicas, por esos años recién se conocía los Sistemas de Información Geográfica, no teníamos los medios económicos, pero si las ganas de transformar ese desorden en orden y sobre todo teníamos el apoyo del Ing. Muñante una profesional a carta cabal que nos daba la confianza para poder hacer lo que fuera necesario para poner fin a este caos.

Imagen2Iniciamos ubicando el hilo de la madeja de ese desorden, EL PADRÓN  de comedores. Mediante un CENSO DE COMEDORES ubicamos con alfileres de colores, en un gran mapa mural de Lima Metropolitana, cada uno de los casi 5,000 comedores. Para este censo contamos con el apoyo de 270 estudiantes que en un lapso de dos meses y medio recorrieron cada barrio de Lima. Parte de estos estudiantes ubicaban en el mapa los comedores que encontrábamos en el día. Definimos claramente las principales zonas de Lima: Centro, Este, Oeste, Sur y Norte. Luego agrupamos comedores en función a su concentración formando aproximadamente 179 grupos, dentro de cada grupo de comedores identificamos uno que reúna las condiciones de accesibilidad, nivel de organización, condiciones de infraestructura, facilidad de llegar a él y lo denominamos CENTRO DE ACOPIO.

Imagen3Luego establecimos RUTAS DE DISTRIBUCIÓN que unan esos centros de acopio para contar luego con Rutas por cada uno de los conos, de esa manera podíamos hacer programas de distribución y sobre todo orden en la misma, ya no se convocaba por medio de perifoneo sino por convocatoria a través de los centros de acopio.

Esto se acompañó con mejoras en las condiciones de almacenamiento: balanzas, control de stock, control de calidad, personal de estiba, maquinaria de estiba, programas de limpieza y desratización en otras palabras ORDEN.

Demostramos que cuando se quiere hacer las cosas bien, no hay nada que lo pueda impedir; si se tiene la adecuada dirección, el personal comprometido, los medios tecnológicos y sobre todo las ganas de trascender, como la teníamos todo el equipo que en esos años acompañamos al Ing. Muñante.

Impactos

El orden logrado trajo consigo que las madres participen de manera activa en la solución de sus principales necesidades alimentarias y también en logro de sus emprendimientos. Como consecuencia de estas acciones se hizo las siguientes acciones de connotación nacional:

  • Sistema de Distribución Nacional: la metodología de trabajo que hicimos en PRONAA en su sede más grande, el Callao, fue adoptado por todos los responsables de Unidades de PRONAA en el país. De esta manera se mejoró la atención y el uso de los recursos a favor de las poblaciones menos favorecidas.
  • Programa de Adquisición de Productos Locales: por esos años, y como lo es también en la actualidad, se presentaban escenarios de sobreproducción de alimentos como el arroz; recordamos que los agricultores del Norte tenían problemas en los precios de su arroz, los intermediarios pagaban precios por debajo de sus costos de producción. En conversaciones con los dirigentes arroceros y las líderes de los comedores populares se programó la compra de arroz para abastecer las necesidades alimentarias. Fueron cientos de toneladas que provenían de las zonas de producción. El camión ingresaba al almacén de PRONAA se le hacía su control de calidad y partía luego a los centros de acopio, donde esperaban las presidentes de los comedores convocados.

El sistema de distribución de alimentos funcionaba. Rapidez, oportunidad y eficiencia se lograba a través de este sistema. Con esta experiencia se crea el Programa de Adquisición de Productos Locales, comprándose entre otros productos: papa, plátano, camote, pescado y carne que son, de característica, altamente perecibles.

  • Programa de Adquisición de Leche Fresca: cubiertas de alguna manera las necesidades de alimentos en los comedores populares, nos centramos, como PRONAA, en las necesidades de la población más vulnerable, los niños. Por esos años también se vivió momentos de abuso en el precio de la leche, ya que lo que se les pagaba a los pequeños ganaderos estaba por debajo de sus costos de producción. Se crea el Programa de Adquisición de Leche Fresca para abastecer los programas de desayunos escolares que por esos años empezaba.

  • Programa de Formación de Microempresas: cubiertas necesidades alimentarias el camino estaba expedito para promover actividades empresariales que nacían con las madres de los comedores. La idea nace al ver como algunas empresas de panadería tenían como sus principales promotores a líderes de comedores populares. Es así que se impulsa el Programa de Formación de Microempresas en los rubros de panadería, textilería y artesanías. Recuerdo incluso que se les apoyó para que coloquen un stand en el aeropuerto Internacional Jorge Chávez de Lima.
En la foto el suscrito, al lado de María Mejia, en una ceremonia de presentación de productos de panadería elaborados por una empresa liderado por madre de los comedores
  • Programa de Siembra de Algodón orgánico: Es importante la capacidad de liderazgo del entonces jefe de PRONAA, Ing. Muñante, al asegurar en nombre del gobierno el apoyo a los agricultores en situaciones de emergencia algodonera como la que se vivió en el año 1995. Asimismo, con acciones concretas como el apoyo a los agricultores que han dejado el cultivo de la coca para dedicarse a cultivos legales como el algodón. Solo de esta manera se entiende que PRONAA adquiera un producto agroindustrial, no alimenticio, pero se requería de una respuesta del gobierno ante un problema que afectaba a miles de agricultores de San Martín. Señalar sin titubear que el agricultor algodonero debe estar confiado en producir algodón con la certeza que tendrá un mercado asegurado, son las señales que esperan todos para tener confianza en las acciones que realizan: lucha contra el narcotráfico y la siembra de cultivos alternativos. Fueron cientos de toneladas que se adquirieron a los agricultores, algodón que debe ser procesado para su comercialización o transformación, para ello debíamos de hacer del desmote (sacar la pepa de la fibra). El algodón desmotado luego fue transportado a nuestros almacenes del PRONAA en el Callao, para después ser procesado y formar parte del apoyo a los clubes y empresas de madres con los cuales se trabajó el algodón ya como telas.
Ing. Rodolfo Muñante en San Martín – 1995
  • Atenciones de emergencias por efectos de la Naturaleza (Terremoto de Nasca): Mencionamos este caso por lo que representa actuar ante una emergencia de carácter catastrófica como es un terremoto. Se requería actuar con rapidez y con eficiencia. Ahí aplicamos la estrategia de atención que hiciéramos en los comedores populares de Lima. El terremoto de Nasca remeció violentamente 10 regiones del Perú, y provocando 17 muertos, 1.600 heridos y 94 mil damnificados. La cantidad de víctimas fue creciendo con las horas. Un sismo de 6.4 grados, remeció Ica, Nasca y Arequipa. Un minuto antes del mediodía del 12 de noviembre de 1996, el suelo tembló y sembró el terror en gran parte del sur de nuestro territorio.

De la misma manera se hizo necesario conocer en primer lugar el ámbito de la emergencia es importante. Organizar en el PRONAA la cantidad de alimentos, almacenes, logística y personal con que contamos es importante para establecer un programa de atención.

Definimos con claridad los distritos de Nasca y el grado de afectación en cada uno de ellos. La zona de Vista Alegre y el cercado de Nasca eran los más afectados por la concentración de población.

Vista Alegre se convirtió en prioridad en la atención. Al día siguiente de ocurrido el evento se quiso atender y sin ningún orden fue imposible hacerlo. Los camiones fueron saqueados y fue un caos. Eran cerca de 10,000 personas que reclamaban agua y alimentos de manera inmediata.

Establecimos una ración de alimentos por día, y una atención para 10 días con el fin de superar los momentos de emergencia. En base a la población aproximada de 10,000 personas movilizamos la cantidad de alimentos necesarios. Llevamos los alimentos a un punto central, convirtiéndose en nuestro almacén local.

Definimos lugares de acopio con el fin de llevar alimentos a sectores del asentamiento y evitar que las personas se movilicen, constituyéndose en centros de acopio móviles. La atención se efectuó por cuadras. En cada cuadra se eligió a un delegado con el fin de que organice un padrón de damnificados con la supervisión de vecinos del lugar.

Procedimos a la atención de acuerdo con lo programado. Una mañana fue suficiente para realizar esta distribución de alimentos. Sin aglomeración de personas y sobre todo, identificando a líderes locales que apoyarían las entregas de elementos necesarios como carpas, colchones, frazadas y ropa.

La Propuesta

Las experiencias antes mencionadas se ejecutaron en todo el país, con una atención nacional de más de 10,000 comedores populares y dieron resultados eficaces para actuar en momento de emergencia, como los que vivimos en la actualidad. Este planteamiento aún estamos a tiempo de aplicarlo, es poner en práctica lo aprendido y establecer estándares bioalimentarios que se deben cumplir bajo ley, donde los sectores productivos del estado deben hacerlos respetar.

Basado en estas experiencias de carácter nacional y por la expansión de la actual pandemia, proponemos un sistema de asistencia alimentaria, que tenga por objetivo que la gente no salga a buscar sus alimentos, sino que los alimentos vayan donde ellos. El Sistema Alimentario Nacional de Emergencia (SANE) busca además que se activen actores de la producción claves: La pequeña y mediana agricultura, la pequeña y mediana ganadería, la pesca artesanal con el fin de asegurar la alimentación en los pobladores de las ciudades, produciendo con estándares de cumplimiento riguroso para una producción libre de coronavirus.

Asimismo, el transporte formal con camiones claramente identificados y la logística necesaria para que esos alimentos lleguen a las personas que los requieran.

El SANE integrará los siguientes sistemas:

  1. Sistema Producción.
  2. Sistema de Distribución Primaria.
  3. Sistema de Almacenamiento.
  4. Sistema Distribución Secundaria.
  5. Sistema de Control.

Sistema de Producción

El presidente de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro), Clímaco Cárdenas, instó al nuevo Parlamento a legislar sobre seguridad alimentaria luego de que culmine la emergencia sanitaria que vive el país para contrarrestar el contagio del Covid-19. “[En el Congreso] 25 leyes [sobre seguridad alimentaria] fueron frenadas” dijo con cierta amargura. Reclama una mayor atención del estado en las zonas de producción de alimentos.

El SANE está estrechamente ligado a la producción agrícola, esta deberá responder a Estándares Bioalimentarios para una producción, transporte y abastecimiento a las zonas de consumo libre de peligro de contagio con el Covi19.

Es una gran oportunidad de hacer que la ciudad mire al campo con el respeto que siempre debió tener. Está claro que el pan llevar es el alimento cotidiano y que debe constituirse en prioridad nacional el incentivo de la producción del pequeña y mediana agricultura, ganadería y pesca artesanal. La sabiduría ancestral andina en el uso del agua y el suelo, es el punto de partida, conocimiento que practican desde miles de años nuestro pequeño agricultor, el pequeños ganadero, el pescador artesanal todos ellos olvidados por centurias, pero que ahora se convierten en nuestros principales benefactores.

Con la experiencia de PRONAA se propone crear un sistema de adquisición de alimentos para la asistencia alimentaria que se requiere en las ciudades. No lo que hacen ahora muchos de los municipios que adquieren los alimentos al intermediario mayorista, sino de manera directa al productor. Promulgar normas claras y procedimientos de adquisición directa a pequeños agricultores.

Sistema de Distribución Primaria

Cubrir con empresas formales el traslado de la producción a las zonas de atención. Tener el control del camión, conductor, ayudantes y las condiciones de cómo se desarrolla la actividad de traslado de productos, la idea es tener una trazabilidad o seguimiento de los productos, desde su centro de producción hasta el consumidor final. El Ministerio de Agricultura viene ha desarrollado innovaciones tecnológicas en el campo del monitoreo de cultivos con sensores remotos y sistemas de información y puede tranquilamente realizar un seguimiento de esta trazabilidad de producción de alimentos.

El traslado seguro de los alimentos, desde su zona de producción hasta el almacén, es clave para la seguridad en su consumo

 Sistema de almacenamiento

El almacenamiento seguro es clave en el proceso de distribución de alimentos hacia la ciudad o zonas de consumo. Asimismo, el control de calidad de los productos que lleguen de su zona de producción es de vital importancia. Crear un sistema de almacenamiento apoyado con la empresa privada para la recepción de los productos del campo.

Sistema de distribución secundaria

El objetivo del sistema es llevar el alimento a las zonas de consumo, para las personas con mayores necesidades. Planteamos hacerlo en tres formas:

  • Con un sistema de alimentos preparados, para lo cual se activarían los comedores que ahora pasaría a llamarse COMEDORES COMUNALES, como una sana representación de lo que significa esta atención en los momentos difíciles que nos esta tocando vivir.  Los Comedores Comunales deben cumplir también por Estándares Bioalimentarios, que contemplen controles sanitario en las personas que preparan los alimentos. Para ello activaríamos el sistema de distribución de alimentos que adoptamos en los años 1993 a 1997 con un sistema de entrega a través de centros de acopio.

  • Mediante un sistema de entrega de raciones en crudo tal como se hizo para la emergencia en el terremoto de Nasca donde se atendieron a miles de personas damnificadas con orden y sobre todo de manera rápida, solución que se realizaría en zonas focalizadas de pobreza o pobreza extrema.
  • A través de ferias agropecuarias, como el ejemplo que viene realizando el municipio de Bellavista usando estándares bio-alimentarios que implique la desinfección y toma de temperatura de las personas que ingresan al recinto donde se realiza la feria, que puede ser un estadio, un parque o un recinto amplio perfectamente acondicionado, donde puedan llegar asociaciones de agricultores, perfectamente identificados, a comercializar sus productos sin intermediario alguno.

Podemos utilizar el sistema para abastecer de agua a las zonas, donde falte este, ahora más que nunca, vital elemento. Usemos la misma red. de atención la gente padece de sed y con una amenaza latente a la que debemos enfrentar con LAVADO DE MANOS.

Sistema de control

Es fundamental la transparencia en el funcionamiento del SANE y que permita un acción directa e inmediata para cubrir las necesidades alimentarias de las personas en estos momentos de crisis sanitaria nacional.

La Contraloría juega un rol muy importante en el funcionamiento del sistema

A manera de conclusión

La reactivación económica será muy complicada en momentos post COVID 19, creemos que esta es una manera de aportar en la lucha contra este flagelo mundial.

Las experiencias antes mencionadas se ejecutaron en todo el país y dieron resultados eficaces para actuar en momento de emergencia, como los que vivimos en la actualidad.

Aún estamos a tiempo de aplicarlo, es poner en práctica lo aprendido y establecer estándares bioalimentarios que se deben cumplir bajo ley. 

Durante centenas de años el pequeño agricultor ha esperado de manera paciente, para ser exactos desde el año 1532 con la llegada de los invasores a nuestro territorio, que se les reconozca como sustento de la ciudad. Es el momento crucial para hacerlo. Necesitamos que sus productos lleguen hacia las mesas de la mayoría de los ciudadanos que enfrentamos esta pandemia, sin intermediarios que no hacen más que enriquecerse y ahora incluso contaminarlo.

Esta es una propuesta que tiene que ser desarrollada aún más. Parte del equipo nacional que hicimos los cambios en el PRONAA aún estamos allí y estoy seguro que al leerla dirán a una sola voz ¡PRESENTE!

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