
Autor: Ronald Ancajima (Dic/2011)
Al escribir estas líneas observamos esta hermosa imagen de una de las lagunas que se verían afectadas con el desarrollo del proyecto Minero Conga, de una belleza paisajista extraordinaria como lo son todas los vasos naturales que están ubicadas a lo largo de nuestras punas en todo el país. Estoy seguro de que en la mayoría de peruanos se quedará como recuerdo en nuestras retinas y nada más que eso, no la veremos jamás, porque no es parte de un circuito turístico no forma parte de un paso obligado para atravesar la región a sus diferentes centros poblados.
Lo que sí veremos, viviremos y experimentaremos es la pobreza, la intolerancia, la falta de oportunidades las que muchas veces se quejan nuestros campesinos y el poblador común que ahora ha defendido sus lagunas, llevado por un sentimiento de rechazo a la prepotencia, al abuso del que más tiene, a la falta de una gobernabilidad efectiva del agua.
Es innegable el gran pasivo ambiental que se puede observar en Cajamarca producto de la explotación abusiva de las compañías mineras asentadas en el lugar, que ha sido permitida por años por las autoridades de turno. Cuando atravesamos Cajamarca, desde Hualgayoc hasta Bambarmaca, es impresionante observar cómo los relaves producto de la actividad minera están tirados en las quebradas, y que el estado a través de programas de remediación trata de superar.

En la imagen observamos, casi en el centro, el relave en lo alto de la quebrada que por años se mantiene ahí, contaminando la vida y generando el odio entre el poblador común que siente que el gran llamado desarrollo no llega donde ellos.
Pero analicemos un poco más está situación. Estamos haciendo un proyecto en la región Ayacucho, donde existen más de 50 Organizaciones de Usuarios de agua de riego, Comisiones de Regantes y un aproximado de 700 Comités de riego; organizaciones que requieren de capacitaciones, de mejoras en el uso de las aguas, de oportunidades para una mejor calidad de vida.
Como un lunar dentro de ese escenario se muestran las organizaciones de usuarios que son beneficiados con el Proyecto Río Cachi, un proyecto emblemático y largamente ansiado, incluso por el libertador Simón Bolívar, que se ha hecho realidad por la decisión política y económica de gobiernos pasados. Seguro que el proyecto necesita mejoras, que hay historias de corrupción y despilfarro en su desarrollo, pero lo que no se puede negar que es también una historia de oportunidades para agricultores que tienen de alguna manera el agua asegurada por la presencia del proyecto, con la presa Cuchoquesera la misma que tiene una capacidad de 80 millones de metros cúbicos.

La pregunta que nos hacemos es ¿Por qué no pensar en desarrollo, en una AGROMINERÍA como socios estratégicos? donde se pueda hacer realidad proyectos anhelados por personas visionarias que existen en Cajamarca, no enumeramos sus proyectos largamente esperados por temor a omitir algunos por desconocimiento.
En el tema del agua ninguna fuente es despreciable pero se debe tener la visión de desarrollo, de futuro, no solo bajo un solo aspecto.
Analicemos un poco la situación con el siguiente gráfico:

En el escenario actual, las lagunas existentes representan 1.4 MMC, los que conocemos de esas cifras podemos darnos cuenta del potencial que representan es muy poco, producto de la guerra del agua iniciada por personas con otros objetivos, creemos muy diferentes al del DESARROLLO, los cajamarquinos se quedarán con sus 1.4 MMC de agua, donde sus autoridades seguirán «administrando», de alguna manera hay que llamarlo, los más de 2,000 millones de soles disponibles, mucho de este dinero producto del canon minero.
En el escenario propuesto por la minera de trasvasar el agua disponible en reservorios que aumentará la reserva de agua en esos lugares tampoco es la gran solución, los que conocemos de esas cifras 3.2 MMC (millones de metros cúbicos) tampoco es la gran cosa. Además, con un historial de abuso y de prepotencia de las mineras, que algunas autoridades y personas que nos gobiernan se han encargado de alimentar, y las huellas se puede ver a lo largo de todo el territorio de Cajamarca, tampoco es un argumento fuerte para la solución al «problema».
En un escenario de negociación, con líderes visionarios del desarrollo, donde no solo prime oscuros intereses, de caos y de violencia que recordamos con preocupación muchas de las personas que hemos vivido los fatídicos años de terrorismo, se puede plantear un escenario de una AGROMINERÍA donde se pueda desarrollar proyectos claramente concebidos, con profesionales de primer nivel que si los tenemos en el país, con una autoridad del proyecto que nos garantice el desarrollo correcto de la inversión, con auditorias incluso de las empresas aportantes a ese FONDO DE DESARROLLO INTEGRAL DE LA REGIÓN CAJAMARCA, donde el resultado sea: OPORTUNIDADES, ENERGÍA, TECNIFICACIÓN, AGUA SEGURA y sobre todo DESARROLLO, frase que no existe en las conciencias de las personas que hoy ostentan el poder y deciden por la gran mayoría.
Por ahora la respuesta es SIN CONGA.

